Conservar: estrategia de unir producción y cuidado ambiental
El titular de la Fundación ProYungas, Alejandro Brown, planteó una imagen potente para pensar la conservación de la biodiversidad en Tucumán: “Tenemos un arca de Noé y no la habíamos visto”. En diálogo LG Play, Brown explicó que dentro de las propias fincas productivas -particularmente las citrícolas del sur tucumano- se conservan grandes superficies de selva, donde habitan especies silvestres que sobreviven gracias a la coexistencia con las actividades humanas.
Las cámaras trampa instaladas por la fundación captaron imágenes impactantes de ocelotes, corzuelas, pecaríes, zorros e incluso especies más esquivas como el margay y el yaguarundí. “Son espacios silvestres metidos dentro de una matriz productiva. Ahí está la biodiversidad y ahí es donde va a persistir en el tiempo”, sostuvo.
El concepto que impulsa la fundación se llama “paisaje productivo protegido” y propone una convivencia armónica entre la producción y la conservación.
La zona de las laderas del Aconquija, en el sur de la provincia, es una de las áreas donde más se aplica este modelo. Allí conviven parques nacionales, reservas naturales y explotaciones agrícolas.
Entre las especies que podrían volver a habitar Tucumán se encuentra el tapir, extinto hace décadas por la presión de caza y la fragmentación del hábitat. La Fundación ProYungas trabaja junto a universidades y privados para reintroducirlo.